martes, 5 de marzo de 2019

Ibaff X Edición-4º ROUND


  En el lenguaje pugilístico "hacer sombras" significa dar golpes al aire, moverse y realizar maniobras en solitario a modo de entrenamiento, pensando en un contrincante pero sin necesidad de tenerlo delante físicamente. "Hacer sombras" equivale en este sentido a "prepararse" = "mantenerse en guardia", desperezamiento mental y físico indispensable para afrontar la lucha en el cuadrilátero. Sin embargo también se pueden “hacer sombras” sin ese objetivo, sin intenciones de subir a ningún ring,  por pose, por “amor al arte”, por juego o simple diversión…; del mismo modo que puede hacerse “teatro de sombras” o “chino” sin necesidad de pensar en el cine. Si dejamos aparte las cuestiones técnicas, la del desarrollo histórico de la técnica, lo último no es necesariamente siempre una superación o un nivel superior de evolución de lo primero, creo. Pues, ¿no hay batallas interiores sin cuento, e historias contadas por sombras a la luz de una simple linterna, que son tan buenas como las mejores películas de ahora, tan buenas como los más espectaculares combates de boxeo?. Así que me pregunto, ¿qué es el cine?, ¿en qué consiste, si es que es algo más que técnica, lo que lo hace tan especial?… 




  La muestra de cortos de la sección oficial del Festival Independiente de Cine IBAFF presentada en su 4ª sesión bajo la denominación Programa Origen, me hace plantearme estas cosas porque desafortunadamente no han podido conectar del todo conmigo ninguno de ellos, y por tanto sólo me quedan de ellos algunas partes minúsculas. No sé si tiene mucho o poco que ver aquí el hecho de que he entrado a verlos sin ideas previas, sin leer de antemano sinopsis ni presentaciones mediadoras de ningún tipo, igual que hice en las películas de los días previos con el fin de estar libre de influencias y poder optar a una opinión lo más abierta posible. O si es que ya he visto suficientes películas a lo largo de mi vida como para formarme al respecto mi propio criterio. El caso es que es así para mí…:  Entre las historias de esta primera tanda de cortometrajes, todas relacionadas con reflexiones sobre la identidad y el lugar de procedencia, o con procesos de “desterritorialización” y “desarraigo” según se mire, encuentro algunos buenos momentos como el del caracol de “En esas tierras”, planos magníficos como el de la mascletá de “Todas íbamos a ser reinas” o los finales de “Adah Kaleh”, guiones singulares como el de “Heridas contra el olvido”, y escenas interesantes como la de los murciélagos y petroglifos de “Olhe Bem as Montanhas”, o aquella con la que termina “Scaffold”. Me quedo con eso de esta 4ª sesión, y por supuesto con “Nuestro tiempo”, el largometraje de Carlos Reygadas que vino a continuación. Un largometraje monumental de tono épico cuasi homérico, sobre las intrigas de una poderosa familia ganadera del Méjico actual en el que las ideas y los sentimientos están a la altura de las grandes pasiones y los espectaculares paisajes filmados que éstas sobrevuelan. Aunque ganaría a mi modo de ver si el director no la hubiera hecho tan larga, reequilibrando de otro modo la intensidad con la duración, vale la pena verla, porque es extraordinaria. En cualquier caso también es posible que me pareciera larga porque cuando empezó yo ya estaba cansado y no era mi momento más adecuado.




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