Los “globos galácticos” están de moda, frente a los tradicionales “globos terrestres”, ¿por qué?... Ganándose la ilusión de los más pequeños,
se han vendido muy bien durante las últimas Navidades, aunque son el doble o
incluso el triple más caros. Básicamente son cuatro las características
que diferencian a un “globo galáctico” del
tradicional “globo terrestre”, de color
serigrafiado:
es esférico (1º), es resistente como un flotador acuático (2º), es transparente como una pantalla reflectante (3º) y brilla con luz eléctrica (4º). ¿Su éxito comercial es debido a alguna de estas novedades, a todas ellas o hay algo más?... ¿Es posible que el diseño y sistema de producción material de los globos de moda revelen una conexión con aspectos esenciales de nuestra manera contemporánea de ser, tendencias en general y otras peculiaridades de nuestra época, que lo hacen especialmente atractivo?... Si es así, en qué consiste la conexión y qué es lo que concretamente revelan, ¿cuáles son esas tendencias?...
es esférico (1º), es resistente como un flotador acuático (2º), es transparente como una pantalla reflectante (3º) y brilla con luz eléctrica (4º). ¿Su éxito comercial es debido a alguna de estas novedades, a todas ellas o hay algo más?... ¿Es posible que el diseño y sistema de producción material de los globos de moda revelen una conexión con aspectos esenciales de nuestra manera contemporánea de ser, tendencias en general y otras peculiaridades de nuestra época, que lo hacen especialmente atractivo?... Si es así, en qué consiste la conexión y qué es lo que concretamente revelan, ¿cuáles son esas tendencias?...
Por otro lado, ¿qué es en realidad “un globo”?; ¿y “un juguete”?; ¿qué conecta un “globo”, en
cuanto “juguete”, con la inocente infancia?... Y la infancia, incluso tratada y
conducida de la mano como un globo,
¿desde cuándo se comporta como tal y puede considerarse, en consecuencia, un juguete?... -¿Puede un globo transformarse en artefacto o lo que sea y seguir siendo globo?; y más aún: ¿es la inocencia una especie de globo que pueda
sobrevivir a la infancia ?: ¿¡cómo!?…
Antes de empezar con
el análisis en cuestión, creo que es importante subrayar que un globo, cualquier globo se puede llenar de cualquier cosa: sin
embargo, si lo que se quiere es que se comporte como un contenedor ligero con aspiraciones aéreas, hay que llenarlo de aire, o bien de helio si
se espera, además, que se eleve por sí mismo. El aire puede introducirse en su
interior soplando a pulmón o utilizando un
inflador especial, el helio sólo por medio de un inflador. Y da la casualidad
de que los que prefieren la mayoría de los niños, de ahora y de antes, son los
globos que se elevan por sí mismos, los globos de helio que suelen encontrarse
ya inflados en los puestos de venta, flotando tentadoramente por encima de sus
cabezas gracias a un inflador especial de helio que no suele estar a su alcance.
¿Por qué será que a los niños les encanta alcanzar
las cosas que no están a su alcance?
1º) Un “globo
galáctico” es esférico, más parecido
a nuestro achatado Planeta que a una cabeza abombillada o a una irregular fruta
gigante, al estilo del “globo terrestre”. El diseño y el material de que está
hecho, un plástico o látex más resistente o el mismo de
siempre empleado en mayores proporciones, concurren en que al inflarlo no pierda la
perfección de esta singular forma
geométrica, que aguante bien el cableado eléctrico
unido a él con cinta adhesiva, y que soporte mejor el vapuleo del aire, los
golpes y los pinchazos, durante más
tiempo. 2º) Es tan resistente que,
según indicaciones de los fabricantes, igualmente puede funcionar como flotador en el medio acuático; basta quitarle el cable para usarlo en este
sentido… Así que ¡el sufrido globo redondo que triunfa resulta que también es “multifuncional”!.
-Es indudable que la “multifuncionalidad”, así como “la capacidad multimedia”, que permite a un sujeto o a un objeto cualquiera, cambiar de medio y asumir distintas funciones e identidades según lo va haciendo, son signos de nuestro tiempo ¿no?.
-Es indudable que la “multifuncionalidad”, así como “la capacidad multimedia”, que permite a un sujeto o a un objeto cualquiera, cambiar de medio y asumir distintas funciones e identidades según lo va haciendo, son signos de nuestro tiempo ¿no?.
Comoquiera que sea, todo el circuito de producción del “globo
galáctico”, desde el material usado al diseño y la forma de presentarlos ante
el público, da lugar a una vistosa uniformidad bien planificada. Todas las
unidades que salen de ahí son idénticas, con una regularidad esférica asegurada
y una vulnerabilidad predecible: lo único que cambia, de comprador en
comprador, es el tamaño y, correlativamente, el precio.
3º) Un “globo galáctico”
es o bien transparente o translúcido:
igual
que el agua, el aire o el vidrio, no tiene más color que el que puede verse a
través de él; sólo refleja, tal vez con más nitidez que el espejo irisado de una
burbuja de jabón, los que la rodean. En esta línea también los hay
ligeramente coloreados y con patrones decorativos, pero esos patrones que opcionalmente los adornan son como mayas transparentes, y el
tinte con el que se presentan en todas sus
versiones siempre deja pasar la luz; todas las variaciones al respecto tienen
en cuenta el material transparente: y el sencillo juego de luces eléctricas sirven para hacer visible de un modo peculiar este material
transparente, sin embargo este punto
lo dejaremos para el apartado correspondiente. Lo que ahora y aquí interesa destacar es que un globo transparente no es un globo
descolorido, sino un globo multicolor: aunque sus colores no son fijos ni
forman parte de él como el color serigrafiado forma parte del tradicional “globo
terrestre”, sino que son los del ambiente que lo rodean. Así que cambia, o “se adapta”, según el
contexto, al movimiento del portador y sus circunstancias. Funciona también, en resumen, como
un “espejo reflectante” o una “pantalla”.
También me parece
destacable apuntar aquí y ahora que la búsqueda
y promoción de la transparencia a todos los niveles no es sólo un desafío característico de
nuestros tiempos, especialmente
apremiante tras una profunda crisis, sino de siempre: tal vez lo que distingue nuestra transparencia de la de otros
tiempos, es que buscarla hoy está de moda porque la crisis actual es “global” y ciertas
maneras de “globalización" partidista están en crisis…; y además se
dispone de medios, algunos de ellos apoyados institucionalmente, que invitan a pensar
que podemos conseguirla... Siempre parecen pocas, ciertamente, frente a la
posibilidad del fraude de la corrupción
más insospechada, en el corazón mismo de
nuestro corazón humano, todas las precauciones y medidas prácticas de control
posible. Porque, del mismo modo que nuestro tiempo parece tender a la transparencia en algunos aspectos,
también parece que en otros tiende hacia
“el lado oscuro”. Y ¡quién sabe lo que puede ocurrir si ambas
tendencias se mezclan!:
Pongo
un ejemplo: para visualizar la situación que condujo a la reciente
crisis, ¿a quién no le viene a la mente la imagen metafórica de un globo, en este caso a modo de burbuja, que estalla?… Pero cómo os la
imagináis de verdad: ¿sois capaces de hacerlo en detalle?, ¿era una burbuja negra como la noche o una multicolor,
un globo transparente o uno que
combinaba transparencia y color?- Es difícil
concebir que una burbuja 100% transparente pueda cobijar en su interior a un
nicho de corruptos y provocar una catástrofe ¿verdad?… Es más difícil de
concebir aún si la adorna un gracioso juego de luces
como las que lucen calles en fiestas y árboles navideños; por tanto la dolorosa
burbuja político-financiera que estalló y cuyas catastróficas consecuencias
arrastramos debe ser ¿opaca como un
“globo terrestre”?, ¿o qué?...
En definitiva, nos siguen interesando los globos incluso en medio de la peor de las
crisis, igual que cuando éramos niños, y todo lo que de diversión traen
consigo, pero ahora nos atraen más los que nos muestran supuestamente lo que
llevan dentro y nos permiten ver a través suyo .
4º) Un “globo
galáctico” lleva incorporado un
sistema de luces eléctricas o leds
que se puede activar, a voluntad, por medio de un mando a pilas
que tiene dos posiciones: luces fijas o parpadeantes. En lugar del tradicional cordel o hilo de
cuerda, lo que parece unir al globo de
moda con su portador es precisamente este cable eléctrico, que rodea como
una diadema al globo y serpentea en torno al hilo desde su base de flotación hasta
el mando. Estas dos
últimas innovaciones, luz (4º. A) y
mando de control de la luz (4º. B), son las más características, las que más
llaman la atención y las
que, probablemente, justifican su éxito comercial entre las
nuevas generaciones.
4º. A) El “globo galáctico” es novedoso en el uso que hace de la tecnología eléctrica, pero en modo alguno es original en cuanto al uso mismo de la luz. Recordemos a propósito que ya hubo antes otros globos iluminados: el “globo iluminado flotante de la Antigua China”, por ejemplo, también llamado “linterna volante”, “farolillo de papel de seda” o “globo de los deseos”, un precedente insoslayable de todos los globos aerostáticos. En el interior de este globo, parecido a una pagoda, una torre de despegue y un paracaídas a la vez, se apila una pequeña pira hecha normalmente de parafina que, al prenderse, calienta el aire y lo vuelve menos denso, que es lo que lo levanta del suelo. Una vez encendido se eleva, y viaja por el aire hacia las alturas mientras conserva su llama viva. El mismo mecanismo de combustión interna que lo hace brillar como una linterna es lo que le permite volar lejos... La contemplación de este espectáculo sigue dando lugar, incluso en la actualidad, a toda clase de inspiraciones espirituales y contemplaciones poéticas que justifican su asociación histórica con “soñar” y diversos rituales basados en “pedir deseos” y en “recordar a los muertos”; pero en este punto no es inoportuno recordar también, sino al contrario, es muy oportuno recordar que el origen de la invención, atribuida al general Zhuge Liang según la Wikipedia, fue asustar a las tropas enemigas.
4º. A) El “globo galáctico” es novedoso en el uso que hace de la tecnología eléctrica, pero en modo alguno es original en cuanto al uso mismo de la luz. Recordemos a propósito que ya hubo antes otros globos iluminados: el “globo iluminado flotante de la Antigua China”, por ejemplo, también llamado “linterna volante”, “farolillo de papel de seda” o “globo de los deseos”, un precedente insoslayable de todos los globos aerostáticos. En el interior de este globo, parecido a una pagoda, una torre de despegue y un paracaídas a la vez, se apila una pequeña pira hecha normalmente de parafina que, al prenderse, calienta el aire y lo vuelve menos denso, que es lo que lo levanta del suelo. Una vez encendido se eleva, y viaja por el aire hacia las alturas mientras conserva su llama viva. El mismo mecanismo de combustión interna que lo hace brillar como una linterna es lo que le permite volar lejos... La contemplación de este espectáculo sigue dando lugar, incluso en la actualidad, a toda clase de inspiraciones espirituales y contemplaciones poéticas que justifican su asociación histórica con “soñar” y diversos rituales basados en “pedir deseos” y en “recordar a los muertos”; pero en este punto no es inoportuno recordar también, sino al contrario, es muy oportuno recordar que el origen de la invención, atribuida al general Zhuge Liang según la Wikipedia, fue asustar a las tropas enemigas.
4º. B): En el “globo galáctico” el hilo que lo une a
su portador se vuelve invisible de un modo peculiar gracias a su
entrelazamiento-solapamiento con el cable de las luces eléctricas o leds.
Indicando su presencia lumínicamente, es el cable eléctrico y no el hilo
el que parece el auténtico
intermediario entre el portador y el
globo. Pero el portador, como bien indica su nombre, conduce al globo a donde quiere, no sólo lo enciende y apaga a su antojo. Este
uso decorativo de la luz parece disimular el hecho mismo del control que ejerce
sobre él el propietario, pero el control
sólo se ha sofisticado y, en efecto, es mayor que el que ofrece el
clásico “globo terrestre”; el control del
propietario del “globo galáctico” es doble: como legítimo portador y como
director del mando de luces.
El “globo terrestre” también es un sistema de
control que depende de un hilo; sin embargo en este caso es
evidente, y el hilo no puede pasar desapercibido sino como pasan desapercibidos
los hilos de una marioneta: la relación del propietario-portador con su “globo terrestre” es simple, por mucho que este conduzca su globo igual que a una mascota obstinada, que a
un esclavo o que a un preso.
Los niños se suelen dar cuenta, más
temprano que tarde, de que la relación de
poder con el globo es bidireccional, éste les controla y posee a ellos
tanto como ellos a él, y probablemente por ello, no sólo por despiste o
aburrimiento, muchos de ellos acaban explotando, o fugándose en alegre
estampida. Pero estas posibilidades de
fuga no están fácilmente al alcance del “globo galáctico”, porque es más
resistente, y porque lo retiene con seguridad a poca distancia del suelo el
simple peso del mando del cableado de leds. El sistema eléctrico que lo hace
brillar, anunciando su presencia a los cuatro vientos, es, en fin, el grillete
que le impide escapar.
¿Sería descabellado
comparar esta situación de control, la doble
sujeción y dependencia que pone en juego el “globo galáctico”, con la situación general de las nuevas
tecnologías multimedia portátiles?… ¿No
disimulan-solapan esta tecnologías normalmente con luces de colores, interfaces
divertidas, juegos, entretenimiento y artificios de espectáculo, esta relación
de control con el sujeto portador?... En
cualquier caso, es como si el globo de
moda pretendiera, con todos sus atributos peculiares, ser algo más que un simple juguete infantil. Quién sabe si la próxima evolución del globo sea justamente en esa dirección,
hacia el despliegue de los objetivos de
su diseño chino original, la desaparición del hilo-cable y la posibilidad
del control remoto de su movimiento, como ocurre con el dron y demás artefactos
teledirigidos, también de moda, tal vez por medio de la incorporación de insólitas
aplicaciones informáticas... ¿Pero eso seguiría siendo “un globo”?... ¿A qué enemigo pretendería asustar? -Y a los niños que pudieran jugar con él,
¿acaso no les convendría jugar con otros juguetes? .–
En último lugar, el “globo galáctico” indica
la presencia de su portador anunciándose por medio de la luz eléctrica, del
mismo modo que el “globo terrestre” lo hacía por medio de los colores. No
obstante su sistema de iluminación autónoma y el juego de reflejos que produce, dentro y fuera de su transparente superficie esférica, no invitan
a “pasear el globo” durante el día, aunque la opción existe: pues se luce mucho
más y mejor por la noche. El globo galáctico es básicamente un
exhibicionista nocturno, y es seguro que de aquí le viene su nombre (4º. C). ¿O
es que se puede admirar a plena luz del día La Vía Láctea, Andrómeda, o
siquiera alguna estrella diferente que no sea el Sol? Pues lo mismo pasa con este globo. Hay que salir de noche para
encontrarlo, especialmente en horario familiar, en períodos festivos y por el centro comercial de la ciudad.
Ahora bien, si se quiere ver y admirar una
galaxia de verdad se necesita oscuridad de verdad, el momento adecuado y un
buen equipo de observación. Teniendo en cuenta el problema de contaminación
lumínica de la ciudad, eso significa que hay que salir de ella, irse a
cualquier parte de las afueras, subir a un monte, entrar en el observatorio y,
allí, hacer un zoom con los ojos entornados y buscarlas casi en sueños:
Es muy guay, sí,
llevar de la mano a un globo que
representa a una galaxia, aunque no esté clara la procedencia de la galaxia
a la que representa: ¿pertenece a la galaxia de la que forma parte nuestro
planeta o a otra lejana?... En estos momentos es más guay, de todos modos, que llevar
de la mano un frágil y poco fiable globo
embajador de nuestro pequeño Planeta Tierra. Pero, ¿durante cuánto tiempo?.
La propuesta del “globo
galáctico” es, recapitulando, tan sugerente y ambiciosa como atractiva. El “globo
galáctico” tiene la publicidad de su
parte, lo que se observa desde el principio en su nombre con gancho; tiene buena
imagen y, como a cualquier globo, le gusta llamar la atención sobre sí mismo, y
éste lo consigue de un modo que es acorde con los tiempos que vivimos, sirviéndose de la última tecnología que está
a su alcance. Debido a ella, lo que ha perdido en ligereza y flexibilidad poética respecto
de los “globos terrestres”, lo ha ganado en juego de control. Y es multifuncional.
Tan regular
y brillante en su aspecto externo
como eficaz en su lúdico cometido, es
capaz de introducir al niño que lo lleva, igual que un guía comedido pero bien
preparado, en el mundo que lo va
rodeando: este mundo presente en el que parece cada vez más indispensable
familiarizarse cuanto antes con las pantallas, los botones, los nuevos juegos
de control tecnológico. Ya hemos visto
que como globo iluminado no es pionero,
ni original como podría pretender; y que, por su resistencia,
multifuncionalidad y manera de exhibir su transparencia, se parece más a un artefacto que a un globo de los precedentes.
Si es mejor o peor no da igual, pero cómo
saberlo... Lo que está claro es que el “globo
galáctico” está de moda porque va a la moda de los tiempos que vivimos, en
él se reflejan (y a su través se ven) las líneas
de fuga predominantes del horizonte de la vida contemporánea. Yo lo veo
así. Son líneas curvas empequeñecidas y algo distorsionadas propias de un globo, delimitadas por mi propio
reflejo, pero evidentes para quien quiera verlas . ¿Las habrán visto el
diseñador y los fabricantes?, ¿y los vendedores?, ¿y los
padres que compran pensando en sus niños?, ¿y los niños?, ¿importa mucho?, ¿hacia dónde
nos dirigimos?