jueves, 31 de mayo de 2018
domingo, 13 de mayo de 2018
Supercuerdas, EARTHLESS Or “Lost In My Own Home”
En el lugar donde
provisionalmente vivo ocurren “fenómenos extraños”, que otros considerarían “paranormales”: Diversas circunstancias que me alejaron de mi
familia y amigos, de mi hogar…
me impiden también contactar y regresar a él. No puedo mantener otro vínculo con ellos que
con el recuerdo, ya que allí no suelen
funcionar los teléfonos, y cuando sí, nadie que responda corresponde a los números de contacto marcados. Sin embargo, en ese
apartado lugar se materializa de forma
espectral el mundo perdido, y los espectros de mis seres queridos más cercanos,
de mi madre especialmente, me visitan a menudo para decirme que estoy en el lugar equivocado, y me invitan a que me
vaya cuanto antes, al tiempo que aseguran que en mi ausencia, se escuchan allí ruidos
improcedentes, que desconciertan al vecindario…
-“Pero ¿cómo podrías
comprobar tú esa situación si el fenómeno sólo se produce cuando tú no estás presente?”...
De nada sirve cerrarles
la puerta y apuntalar las ventanas porque no se atienen a estos límites físicos
elementales y, además, cuando vienen a
verme resultan muy amables, incluso
encantadores. Si llaman al timbre, voy a
abrirles porque aquí no conozco a nadie y sólo pueden ser ellos. ¿Qué otra cosa puedo hacer?... De cualquier modo
entran si es lo que quieren, cuando gustan, más de una vez me los he encontrado esperándome dentro, en mi habitación, en
la sala de estar, o en el mismo recibidor de la casa:
-“Coge tu guitarra y toca algo para nosotros”, suele animarme
entonces el espectro de mi madre, mientras mi
madre real me advierte a través de la puerta cerrada y de todos los kilómetros
que nos separan: “¡No te fíes! ¡Esos tipos tan simpáticos que fingen ser nosotros,
no somos nosotros, por mucho que sean
capaces de utilizar, ellos sabrán cómo, la imagen de nuestra envoltura física!”.
Aunque aparecen sin
más ni más en cualquier momento y lugar no me sorprenden, sin embargo, porque usualmente, al menos hasta
ahora, vienen en plan tranquilo, a compartir sólo un rato conmigo,
y su mensaje no cambia: “Vuelve a
tu casa real, esta no es tuya sino en sueños”… Ignoro
cómo es posible esa situación de “desdoblamiento” ni lo que significa, tanto
como ignoro sus advertencias, porque
estoy seguro, dentro del sueño, de que estoy en mi propia casa, por mucho que
esté hecha sólo de sueño, y sé que esas
presencias, sea lo que sean, no pueden hacerme daño.
Lo que hace daño, pienso entonces, es
querer algo y no obtenerlo, amar a alguien y que no te corresponda. Por
ejemplo. Lo que te hace daño es no tener a
dónde ir, no tener un lugar propio donde existir ni techo bajo el que
cobijarse, y que los demás te desprecien. O que no suenen las cuerdas del instrumento comunicador
cuando las tocas, justo en el momento en que más lo necesitas; perder la humanidad por el camino,
la curiosidad y la capacidad de asombro…
Morirse de escasez en la mismas puertas de La Abundancia ante la
indiferencia general, eso sí es grave.
Sin darme cuenta me he puesto a tocar en ese instante de introspección,
para mí, una cuerda de una especie de guitarra
gigante que se extiende hasta el infinito, tanto por arriba como por abajo,
sin mástil y cuyos trastes adivino más que veo, que no suena y que sin embargo vibra nítidamente. Es también una cuerda “espectral”, casi
inmaterial, imagino que metafórica de no sé qué conexión entre esta situación y el resto... Tal
vez no suena porque no va unida a ningún mecanismo de
resonancia o caja armónica perceptible, tal vez
se trata más bien del hilo de una gigantesca araña, pienso, sin que me
asuste demasiado la idea de esa supuesta araña.
Y siento, mientras la acaricio con el
dedo índice, que de ella sale cierta melodía de un solo tono con
múltiples variaciones, que es capaz de calmarme. ¡Qué bien me siento tocando
esa única nota!… Luego me doy cuenta de que en realidad estoy combinando dos
notas con el mismo dedo: dos posiciones,
una sobre un traste indeterminado, y otra
al aire = infinito. Advierto de pronto
que una muchacha que vagamente puedo asociar con una “amiga” que perdí hace
tiempo, me está escuchando. ¿O es sólo
el “espectro” de ella?... No sé realmente cómo enlazar lógicamente la primera
parte del sueño con esta otra… De cualquier modo ella demuestra con el ensimismamiento de una atención soñadora, que le gusta lo que toco, y que
incluso “me comprende”… Porque sin saber
cómo “me va acogiendo en su seno”, se trata de una sensación más que de una
percepción visual descriptible, esto es sólo una aproximación para el recuerdo, porque lo que ocurre es que me abraza de modo que yo acabo metiéndome dentro de ella, no sé cómo,
hasta que me convierto en un feto, listo para renacer. En su interior encuentro confort dentro de una especie de asfixia anonadante, pero no es una satisfacción sexual, al menos no se trata sólo de
eso... Me hace entender sin palabras, en esa intimidad inmarcesible, que “cuando
toco esa cuerda no sólo toco esa cuerda para mí, sino que me toco a mí mismo y a ella también,
y que así conecto con algo mucho más grande”.
jueves, 3 de mayo de 2018
Puente de Vistabella (Dibujo
Puente de Vistabella a color a partir de una lámina de dos tonos de la colección CUADERNO MURCIA:
cuadernomurcia.blogspot.com
Suscribirse a:
Entradas (Atom)