lunes, 30 de noviembre de 2015

Zóon politikón




 Aristóteles dijo que el hombre es un "animal político", haciendo referencia a la esencia social de la naturaleza humana. La perspectiva de los siglos y, en particular la observación de la actualidad electoral nos permite simplificar aún más la definición, dejarla en que "el hombre es un auténtico animal"...

 ¡Claro que me parece importante la política! -Y además me gusta; lo malo es que esté en manos de políticos...





 



sábado, 19 de septiembre de 2015

El PLAN....



 Como primera medida y pilar del plan que Obdulio pergeñó estaba el de “evitar todo desgaste superfluo de energía”, principio consistente en reducir o desviar la actividad
vital hacia sus puntos de máxima intensidad
posibles. Lo cual –traducido a la práctica- implicaba, por un lado “negligencia laboral”
e incluso “absentismo”, y por el otro
“abandono de los quehaceres domésticos y
de los compromisos familiares (a-cuidado y educación de los niños; b-relaciones conyugales)”. Y, en general, “un severo voto
 de silencio” a fin de sustraerse a toda inútil justificación o interferencia del entorno.  
Sobre todo si antes tenía que prevenirse a sí mismo, descansar de sus propias
 palabras y pensamientos propios y, a ser posible, también de la inconsciencia de 
sus secreciones internas:

 Economía de gestos, de palabras y de actos, a nivel de supervivencia”, tal se 
expresó a sí mismo Obdulio con la satisfacción de definirse en una fórmula.

  Para cuando el sueño le tentara con mayor tenacidad, disponía de la siguiente 
técnica (“la técnica del gato”), un tanto precaria pero eficaz, de aprovechar el relax 
del sueño sin caer en su engaño o, dicho de otro modo, de dormir sin deslizarse en 
la inconsciencia reponiendo fuerzas y engañando en parte las exigencias
 del organismo.


(Relato, Cap. 1º, fragmento)





sábado, 5 de septiembre de 2015

Ciencia-ficción


 El espacio exterior está dentro de nosotros mismos  (nos atraviesa, somos ese espacio), por tanto el viaje intergaláctico y todo lo que hay más allá también, con toda la fuerza del terror y de las maravillas que ello conlleva.... El espacio interior está fuera de nosotros, es otra manera de expresarlo...¿o no?
La ciencia-ficción tiene que explorar esta cuestión interesantísima, sin necesidad de más argumentos.  ¿O lo ha hecho ya? Se haría de ella una película muy especial que, sin embargo no requeriría de un gran presupuesto para "efectos especiales"... ¿O existe ya una pelicula que reúna esas características? / Creo que vale la pena investigarlo.






Ejercicios literarios, 1...


































martes, 2 de junio de 2015

¿Buscadores del “Olvido”?



«La Zona exige ser respetada. No sé qué sucede aquí cuando no hay nadie, pero basta que entre alguien para que todo se ponga en movimiento de inmediato»
       StalkerA. Tarkovsky



Hace poco ví el documental Buscadores del Olvido, sobre gente a la que le apasiona explorar lugares abandonados, en ruinas (un movimiento internacional denominado urbex) ,  y que se convierten gracias a ello en una especie de testigos espectrales y ángeles custodios de estos lugares, en los que parece fracasar el tiempo, o al menos ciertas maneras humanas, socio-culturales, empresariales, institucionales, de organizar el tiempo... Y me han dado muchas ganas de pensarlo tranquilamente y escribir sobre ello... 
Bueno, pues aquí va lo que se me ha ocurrido, ahora no puedo extenderme más;seguiré dándole vueltas aunque mi intención no es hacer un tratado sobre el tema, me conformo de momento con compartir estas pinceladas y lanzar unas cuantas preguntas:

Lo primero en lo que pienso es en el valor de las ruinas, y en la fascinación que ejercen, que yo siento como el que más. ¿En qué consiste esa fascinación?...  
Y luego pienso en la diferencia entre la sensación que produce verlas, atravesarlas a voluntad, con el poder y la libertad de un turista o un esteta explorador, y la sensación de vivir en ellas, por fuerza o necesidad, no sólo estar rodeado de ellas sino habitarlas hasta formar parte de ellas... (como le ocurre a mucha gente, sin quererlo, en lugares de conflictos armados, o en subdesarrollo, o en situaciones posteriores a una catástrofe natural, en pueblos orográficamente inaccesibles, espacios rurales sin recursos,  etc. donde no llegan los esfuerzos civilizatorios).

Lo segundo que me viene a la cabeza es una aclaración previa: que conviene no identificar los lugares abandonados con las ruinas, pues aunque todo lugar abandonado acaba en ruinas, no toda ruina está abandonada. Al contrario, ¿quién no sabe que hay ruinas que -bien por su valor científico, memorístico y patrimonial, bien por su potencial comercial-turístico- reciben un trato mejor que algunas zonas perfectamente habitadas, incluso barrios enteros, situados por lo normal en la periferia de nuestras ciudades modernas?...
 Del mismo modo, hay lugares abandonados que en cierto momento dejan de estar abandonados, y no se arruinan, hasta pueden recuperar su  esplendor original, inclusive superarlo...
 Lo que diferencia por tanto un lugar abandonado de unas ruinas no es sólo una cuestión temporal, histórica, sino también una cuestión anímica (socio-cultural, psicológica).
En esta misma línea me parece factible afirmar que la fascinación de las ruinas no tiene que ver directamente con la antigüedad de las mismas y, para ser meticulosos, ni siquiera tiene que ver con el pasado: ¿es que un aeropuerto fantasma recién construido en Corvera, una urbanización perdida dentro de una burbuja especuladora, o un espejismo estilo Dubai o Chernobyl, no pueden estar al mismo nivel de esta clase de fascinación que un torreón de la época medieval, o un montón de piedras esparcidas por Numancia o Stonehenge?... ¿por qué no se va a tener esa misma fascinación por un lugar que aún no está en ruinas, pero sobre el que la ruina planea desde el principio ostentosamente casi como un corolario indispensable?…

Sin embargo, a mí lo que me interesa es lo que tienen en común las ruinas y los lugares abandonados -ese momento en que son indistinguibles. Por ello cuando en adelante hable de unas me referiré indistintamente a los otros, y viceversa.

 Sobre la fascinación de las ruinas…: creo que es una atracción humana universal ligada a un sentimiento en el que se mezclan complementariamente la pérdida y la plenitud- la pérdida de un mundo, por un lado, del que la ruina es testigo, fragmento, índice; por el otro lado, la plenitud del otro mundo, o de otros mundos aunque sólo sea en posibilidades, que emergen y se evidencian con esa pérdida y la demostración de la Soberanía Del Tiempo Sobre Todas Las Cosas. (Suele verse equivocadamente esta complementariedad como una contradicción. Es por tanto convencional, fruto de una lógica limitada y no de la naturaleza, que esta fascinación provoque miedo, y el correspondiente rechazo).

La historia psicológica de la percepción de las ruinas es siempre la misma: primero causa asombro la caída de un mundo que se consideraba inamovible y necesario, y cuyo vacío va cubriendo lenta e irreversiblemente la naturaleza…Segundo, nos sorprende que alguna vez haya podido erigirse sobre la tierra un mundo semejante. Un escalofrío de incertidumbre, alegría liberadora tal vez matizada con una punta de terror, podría acompañar al arco entre ambos estados...

Encuentro un aspecto lúdico-estético en esta fascinación, la satisfacción física que produce la contemplación de las ruinas sin más, que tal vez incluso incita a la reproducción por cualesquiera medios y la recreación posterior.  Y un aspecto simbólico íntimamente ligado al anterior, crítico, que consiste en tomar la belleza de las ruinas como un espejo referencial del presente, en el que casi no hay diferencia entre el individuo que en ellas se observa y la historia que le atraviesa; sí, claro, un espejo roto, -en realidad un puzle reflectante- del presente, en concreto del presente del esfuerzo civilizatorio… sobre el que acaban emergiendo los derechos de la naturaleza…

 Creo que esto se debe en parte a que unas ruinas son una invitación a completar el todo del que podrían forman parte, que exige un poderoso ejercicio de imaginación y una apuesta de sentido, aparte de una ardua búsqueda científica de datos y hechos correlacionados.

¿Cómo no van a cuestionar las ruinas la totalidad del presente, y plantearle a este –quizás con irritación- distintos rumbos de significado? ¡Las ruinas, como anunciantes predilectas que son del paso del tiempo, lo cuestionan todo, empezando por sí mismas!
 (De aquí tal vez el énfasis, con el fin de aplacar ese cuestionamiento, que algunos ponen en su belleza estética, su venerabilidad formal o su valor como escueto ornamento paisajístico, etc.)

 La visión espectacular del poder devastador del tiempo, que entre ellas campa a sus anchas,  ¿no tiene a la fuerza que desencajar, como consecuencia necesaria, la idea progresiva, sin límite, lineal y acumulativa de cualquier historia humana, de cualquier experiencia de valor conocida, así como acabar despertando el sentimiento humano de limitación, y correlativamente el de pertenencia a algo más grande que le sobrepasa?...
 Al fin y al cabo, unas buenas ruinas no sólo saben hablar de sí mismas, esto es, de vacío y decadencia, de totalidad perdida e inutilidad fragmentaria, de abandono, de fracaso, de extinción y de muerte…; también hablan de regeneración, de apertura a otros modos históricos de existencia con otros rumbos de significado, también hablan del poder afirmativo de La Naturaleza y de La Vida. Del Paso Del Tiempo, otra vez, y de Los Poderes Superiores Que Rigen El Tiempo, en definitiva...

 El Destino De Toda Civilización, como el de toda vida, es disolverse  para dar paso a la siguiente….con el fin de…

Una especie de vértigo de afirmación vitalista sucedería a esa zozobra metafísica de funámbulo sobre el vacío, preñada de peligros para la supervivencia y otras tentaciones abstractas, como el horror vacui-.

 Creo que la  contemplación profunda de las ruinas puede llevar al individuo que las explora, si está receptivo,  más allá de ellas mismas y de su reflejo en el interior de su propia conciencia,  hasta el mismo corazón creativo de la existencia del universo…  Aunque igual divago, y  allí no encuentre nada –a lo mejor ni siquiera considera pertinente la postulación de un supuesto “corazón de la existencia”, y menos aún “del universo” porque…si os parece absurdo que el tiempo, la existencia, el universo, tenga “corazón”, tomaos la expresión -por favor- como una simple licencia poética…  -Tal vez todo depende del empeño que se ponga en ello, de la capacidad creativa y de la confianza en la interconexión con Lo Desconocido.

 Yo veo claramente a través de ellas un deseo de relativizar la civilización actual a partir de este olvido que el tiempo va depositando sobre las civilizaciones anteriores. Cada ruina es como el pedazo de un espejo que no puede recomponerse pero sobre el cual se lee sin ningún género de duda, por poco que se acaricie su superficie, la doble inscripción indisoluble  "tempus fugit", primero, seguida por la de "carpe diem"…

 En mi opinión, cuando el individuo llega a esta visión de puzle reflectante, en la que él y su historia se disuelven en la indeterminación de la naturaleza, es como si se transformara en puro tiempo. El tiempo no tiene otra cosa que hacer que ser. Y al ser se le abre  de modo natural la dimensión onírica donde, como hasta un niño sabe, no hay distancia entre la realidad y los deseos…
 Es el tiempo el que crea y destruye… mientras que el misterio permanece…  transformándose sólo en apariencia…

¿Sería exagerado añadir que para algunos la experiencia urbex, en la medida en la que se extiende también a la fascinación por ciertas personas y sus espacios interiores, tiene también un componente místico, trascendente al menos? ...

Al permitirnos ver sobre ellas, o a través de ellas, que pasará con nuestra vida lo mismo que les pasa a ellas, que se acabará también algún día… las ruinas nos invitan a revalorizarla, a aprovechar el momento y disfrutarla al máximo...
 El tiempo huye, sí, crea y destruye, destruye y crea, así que hay que aprovecharlo mientras esté con nosotros, a favor o en contra.

Para mí lo mejor de toda esta aventura por las ruinas no es la confrontación con el pasado ni la crítica del presente, lo acabo de demostrar, sino el acceso al corazón mismo del tiempo, ese presente continuo inatrapable que no cesa ni siquiera cuando cerramos los ojos, soñamos o morimos, en el que convergen lo que llamamos pasado y futuro,  con todos los lugares del Universo, interiores y exteriores, cercanos y remotos, familiares y desconocidos, pues están interconectados realmente, por imposible que sea precisarlo desde nuestras rudimentarias herramientas mentales de análisis…
 Para mí lo mejor es haber podido entrar en “la Zona” y… bueno, al menos haberme acercado bastante a Ella.



lunes, 1 de junio de 2015

Una superproducción poética hecha con lo mínimo

                                                     Teclado y ratón: cable USB
                                                  +Pantalla 15 " (1024 x  768) 
                                                  +Audio 5.1.
                                                  +Procesador Intel Pentium 4 ShuttleX-PC
                                                  +Windows XP Home Edition Versión 2002 Service Pack 2
                                                  +Versiones obsoletas de Adobe Software
                                                  +Velocidad: 2.81 GHz
                                                  +RAM: 2 GB no ampliables
                                                  = Tecnología de otra época