LOCURAS de AMOR Y ODIO* 2- ESPECIAL NAVIDAD
lunes, 25 de diciembre de 2017
jueves, 21 de diciembre de 2017
domingo, 17 de diciembre de 2017
HÁGASE LA LUZ (o el Huevo, el Gallo Fecundador y la Gallina)
Hágase
la luz, pensó la Noche sin saber muy bien lo que quería, pero sintiendo en sí
misma la tensión de un gran vacío que la desbordaba... Aquí comienza un verdadero laberinto para la
psique, y el más grande de los Mitos Genealógicos, la oportunidad de un relato
en verdad sin comienzo ni fin, todo nudo
sin ningún desenlace, donde la Humanidad se pierde… Porque ese deseo sin nombre y sin
palabras nacido de la oscuridad más profunda no necesitaba la conciencia para
alcanzar su objetivo, o sea lanzar
su oscuridad más allá de sí misma, huir de sí misma y de la identidad informe de su materia opaca, siquiera por un instante de aventura o ensueño,
o loca fantasía, hacia otra cosa. Y sin
embargo qué habría podido, o hasta dónde habría ido la profundidad de ese deseo,
si no se hubiera aliado con alguna clase de conciencia, hasta fijarse a
ella, como un crisol de partículas diferentes de arena se fija gracias a la
aparición de una raíz…: ¿ACASO no habría
vuelto una y otra vez sobre LO MISMO?; ¿no
se habría diluido incesantemente sin esa garra luminosa y aglutinante, como un
mar sin orillas, en Lo Indeterminado?
Sobra
decir que, para valorar en sus justas proporciones ese impulso original gratuito realmente poético -que como es bien sabido desencadenó un movimiento inefable cuya primera consecuencia fue la
aparición de La Luz del Día y después la creación del Universo-, es preciso
tener en cuenta que hasta ese momento
sólo existía Ella (La Noche) y la Eternidad; y por tanto no disponía Ella
todavía de la posibilidad de diferenciar, dentro de su Ciclo Ininterrumpido de
Soledad Infinita, entre “dentro” y “afuera”, de tomar distancia entre Sí Misma y El Resto.
Por
qué, cómo y cuándo surgió dentro de Ella esa posibilidad remota, y para qué, son cuestiones inextricables, en efecto, tal
vez sin solución y sin mucho sentido, que por ello mismo no pueden dejar de ser
planteadas inseguramente. Pues, o bien están demasiado imbrincadas en intereses
de supervivencia y estatus, en el núcleo de apremiantes conflictos psicológicos
actuales, o dependen en exceso de una visión ideal antropomórfica. Kí-ki-ri-kí.
Y en consecuencia, ¿no sería lo más lógico dejárselas a los especialistas, si
es que los hay, o mejor aún a una inteligencia extraterrestre superior…, a fin de prescindir totalmente de ellas?:
Hace tiempo (si se hace memoria desde el mismo origen del tiempo) que el tiempo no necesita razones para
existir, y La Vida continúa fluyendo plenamente.
En
cualquier caso, con seguridad lógica o sin ella, de lo que no se puede prescindir es del enigma natural de las que surgen tales
cuestiones y que se mezcla con todo. Ya
que esa chispa sin igual surgida de un oscuro ímpetu fundador, tan
inclasificable como espectacular y remoto,
todavía está viva, encendida y
palpitando como un gran corazón, y parece que tiene para largo: y aunque
todavía en la actualidad nos resulta absolutamente misteriosa respecto a los
detalles concretos y matices íntimos de su naturaleza y aparición, debemos
reconocer que no sólo informa parte de nuestra Historia y de los Bienes y
Males de la Humanidad, ¡es que es su
Origen!, está en la estructura misma de La Realidad desde que existe, constituye
su Fundamento y atraviesa el abismo de la Libertad. ¿O no?... Cualquier asunto supuestamente ordinario o
insignificante ¿no resulta curioso, de valor incalculable, se mire como se
mire, a partir de la conexión genuina con este momento prodigioso?. Si el intento de acercamiento no nos ilumina
lo suficiente, sino lo contrario, tal vez encontremos algún calor creativo
esencial, algún movimiento libre de materia inspiradora, cerca de su halo...
Partiendo
de esta alternancia fecunda, cuya inercia hemos interiorizado fisiológicamente,
se desarrolla nuestro modelo más completo de Creatividad, que propone un
juego alternativo de supuestos opuestos en
todos los órdenes (Luz-Oscuridad, Calor-Frío, Dolor-Placer,
Vida-Muerte, etc), e incluso, en las
versiones más ambiciosas, la
búsqueda de un equilibrio simultáneo entre los pares de opuestos.
Así
que nosotros los seres humanos, en nuestras proyecciones más logradas, giramos
sobre nosotros mismos y alrededor de
alrededor, a imagen y semejanza del mundo que habitamos. Sin embargo todo
puede cambiar a unos pocos kilómetros luz del nuestro, o aquí y ahora mismo, en
otra dimensión: puede que Lo
Inconcebible allí sea una Modalidad Ordinaria de Lo Posible… ¿Por qué no? ¿Acaso
nos reducimos a proyecciones?, ¿nuestra capacidad de crear se acaba ahí?, ¿somos
apenas testigos -mediadores-catalizadores de la naturaleza ya dada y no hay más
allá?; ¿cómo asegurar que no hay otros mundos capaces de inspirar modelos de
creatividad diferentes?...
Sabemos
que La Vida que conocemos es el resultado de las peculiaridades astronómicas propias de Nuestro Planeta y
nada más, un planeta por cierto precioso, sí, así como pequeño y finito como un
grano en la inmensidad del océano del Universo: la alternancia creativa de supuestos opuestos –así como la búsqueda de
armonización simultánea entre los mismos- sólo afecta, por lo que de momento
sabemos, a nuestro Planeta y a los seres que vivimos en él; así que, ¿con
qué derecho que no sea puramente estético o poético vamos a proyectarla como
una ley necesaria por todo el Universo, hasta el punto de afirmar que en el principio de los principios sólo
había Noche, o una Gran Oscuridad bordeada por la Nada?…
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