
martes, 19 de marzo de 2019
viernes, 15 de marzo de 2019
lunes, 11 de marzo de 2019
sábado, 9 de marzo de 2019
Ibaff Edición X-Último ROUND
Con imágenes de
archivo, apuntes biográficos y sugestivos
testimonios de varias de las protagonistas
de la lucha por la identidad transgénero del submundo neoyorkino de
la última década, Gustavo Sánchez se adentra en la historia humana, en la
intimidad y las causas existenciales de este movimiento excluido por lo general
del mainstream de la historia con
mayúsculas, en “I hate New York”, con la que el Festival de Cine Independiente IBAFF
da por concluida su octava y última sesión de la sección oficial. El documental
es una reivindicación de la diferencia en este sentido y, más allá, un canto bizarro a
la libertad. No sólo consiste en una investigación sobre esta singular opción
sexual, sino que también es un gesto efectivo de afirmación en esa dirección, en
una apuesta decidida por la integración, la“visibilización” y la“normalización” social.
Qué puedo decir del segundo largometraje del día, “I Diari di Angela”, si me aburrió hasta tal punto que tuve que salirme de la sala para no dormirme…
Me dejo en último lugar “Young & Beautiful”, la primera en ser proyectada, porque es de las tres propuestas la que más me ha interesado. Se trata de un film documental de carácter poético hecho con fragmentos
Qué puedo decir del segundo largometraje del día, “I Diari di Angela”, si me aburrió hasta tal punto que tuve que salirme de la sala para no dormirme…
Me dejo en último lugar “Young & Beautiful”, la primera en ser proyectada, porque es de las tres propuestas la que más me ha interesado. Se trata de un film documental de carácter poético hecho con fragmentos
vitales de varios jóvenes que se niegan a crecer a
costa de sus sueños, o de su libertad, de la que me gustaría destacar la tranquila despreocupación de su planteamiento
y la divertida frescura cómplice de su enfoque nada convencional, extraño y
familiar a la vez, que recuerda a Agnès Varda por la peculiar atención que pone
en los gestos efímeros, en las expresiones íntimas y los pequeños detalles de
la vida cotidiana que con frecuencia pasan desapercibidos por ser considerados
insignificantes, o que conscientemente se descartan por miedo al vacío y la
ausencia de significado: esas sensaciones y realidades mínimas que M. Duchamp
denominaría “infraleves”... Transcribo a continuación de memoria, para
terminar, algunas frases curiosas vistas, leídas y oídas allí, que me
parecen ilustrativas: “A mí me gusta mi vida, aunque para los demás no sea gran
cosa”; "disfruta, respeta y resiste"; “lo que no se encuadra, lo que queda en los
márgenes, es invisible. Lo que es invisible es como si no existiera. Pero no
existir de esa manera es mejor que vivir una existencia programada, porque permite
encontrar la libertad verdadera”.
Y con esto, y mi sincero agradecimiento a
todos aquellos con los que he tenido la suerte de compartir estos intensos días
de Cine, ya termino. Ahora sí. Gracias a los abnegados participantes
voluntariamente entregados, como yo, a su causa. Gracias a los cineastas y, en especial a los que
hacen posible el Festival organizándolo, coordinándolo, dirigiéndolo, representantes oficiales cuya pasión cinematográfica y cercana disponibilidad
han convertido la X Edición de este Festival en un auténtico punto de encuentro
inolvidable. Su sóla presencia impidió que yo tirara la toalla en más de una ocasión, antes
de que terminara el juego en el
cuadrilátero de la pantalla.
¡Viva el cine!, ¡ojalá que gane hoy el que más se lo merece, y que no pierda la esperanza, la fé en el mañana, el perdedor! y... ¡¿hasta el año que viene!?
¡Viva el cine!, ¡ojalá que gane hoy el que más se lo merece, y que no pierda la esperanza, la fé en el mañana, el perdedor! y... ¡¿hasta el año que viene!?
viernes, 8 de marzo de 2019
Ibaff X Edición-7º ROUND
Sé que una película es especial, para mí, cuando puedo verla
de principio a fin olvidándome de mí mismo, sin que surja mientras tanto el
crítico escéptico que llevo dentro, o el frío analista formal de la actuación o
de los procedimientos estilísticos empleados. Si después de la proyección
descubro en retrospectiva que además no contiene fallos de guión ni
contradicciones en la forma, que no chirría en definitiva como mecanismo de
representación o herramienta expresiva, me confirmo en que es buena. Y ya es mejor que simplemente buena el que esa película revele una
adecuación idónea entre la forma de su lenguaje y el tema o la historia que cuenta.
Lo que me indica que se encuentra en un
nivel superior es que, a través de esa consistencia, consiga incluso transmitirme
un plus de interés fuera de ella, sea un impulso emocional o una reflexión intelectual
hacia una realidad desconocida, sea una mirada diferente sobre Lo Mismo capaz
de transformar también mi mirada... Pues
bien, el largometraje “Entre dos aguas”, que abrió brillantemente ayer la séptima sesión de la
sección oficial del Festival de Cine
Independiente IBAFF, me parece en este sentido mucho mejor que buena, una
película extraordinaria que se encuentra
en un nivel superior al de la mayoría. Porque no sólo se disfruta viéndola sino
que es capaz de llevarnos más allá, transmitiendo con empatía auténtica, a
través de la singular historia de un gitano de San Fernando de Cadiz
recién salido de la cárcel que lucha por ganarse dignamente su libertad, un
vendaval de situaciones agridulces contradictorias como el empuje de la vida
misma. Que ilumina a la vez que emociona, sin caer en el drama fácil o el sentimentalismo.
La escena del parto con la que se inicia, rodada en toda su crudeza, creo que es
a este respecto representativa y toda una declaración de intenciones de lo que
viene después. Porque, como muestra en
miniatura ésta resalta el dolor y la alegría indistinguibles que acompañan el
nacimiento de una nueva criatura, la lucha contra el mundo que pone en marcha,
su misterio y la fuerza incontenible con la que rebasa desde el principio cualquier
forma predeterminada por las ideas, acerca de lo que es, de su necesidad, de su valor y de su belleza, de su significado y de
su destino. Es un retrato vigoroso y vibrante
de una familia gitana desfavorecida por las circunstancias que, como
buena parte de esa minoría nacional excluida,
sobrevive como puede: el inspirado director
del film le da voz a este grupo humano y a su precario modo de existencia, al
tiempo que explora la brecha entre integración y libertad, entre la identidad,
la capacidad de superación y las limitaciones impuestas por el origen y el lugar de procedencia, las
vueltas que da el pasado y el futuro incierto en el laberinto del presente. Y aunque
el resultado de la lucha quede por siempre abierto, o entre dos aguas como indica el título, la visión que Isaki Lacuesta
ofrece sobre esa lucha es ejemplar, profunda y certera, vivificadora, como un
fuego que purifica a la vez que arrasa. A mí no me costó nada entender
la aventura de su protagonista, a pesar de que no tenemos nada en común en
cuanto a personalidad y circunstancias socio-culturales, gracias a su dirección
lúcida y compasiva, atenta y desprejuiciada. La vida al fin y al cabo sale al encuentro
de quien la busca porque, como forma de todas las formas, no tiene una forma
determinada, sino que es libre...
El ingenioso
rompecabezas puesto en juego por Jaime Rosales en “Petra”, la siguiente
propuesta del día que cuenta una historia sobre el arribismo o la escalada de
poder como si se tratara de un caso de posesión demoníaca, se encuentra en
muchos aspectos, creo, en las Antípodas de la primera. Aún resultando
interesante desde el punto de vista formal, y teniendo a su favor motivos,
tema y actuaciones de mérito, transmite en su desarrollo tanta frialdad que a mí me congeló la
sangre y el pensamiento... Además de que en retrospectiva,
ciertas inverosimilitudes en el retrato de los personajes y del modo de contar
la historia, me impiden conectar con ella, y encajar así todas las piezas.
Sé que la
comparacion es odiosa, pero también es en este caso prácticamente
inevitable, sobre todo teniendo en cuenta que el mismo Festival la favoreció,
introduciendo entre una y otra proyección una entrevista-debate entre los
directores de las dos películas, Isaki Lacuesta versus Jaime Rosales, como si realmente estuviesen enfrentados. Un “encuentro
de realizadores” que, bajo el lema “El cine de autor: la dicotomía entre los
festivales y las instituciones” dió lugar a toda clase de manifestaciones sobre
cuestiones artísticas, formales y existenciales que atestiguó rotundamente sus
diferencias. Quién ganó este debate, cuál de las dos películas consiguió en esta ocasión la victoria, lo tengo claro. La perfecta fusión de la
forma y el contenido que las películas de maestros indiscutibles como Y. Ozu,
David Lynch, R. Bresson, Billy Wilder o Kubrik demuestran, es el resultado de
un ejercicio de la libertad que sólo está al alcance de unos pocos. Sin embargo
ni siquiera éstos han conseguido el equilibrio tan deseado siempre.
Naturalmente, el estado de gracia permanente, es un excepción que rompe la
regla. Así que me conformo, mientras llegan nuevos maestros, con las
películas que me hacen felíz, o simplemente más consciente.
jueves, 7 de marzo de 2019
Ibaff X Edición-6º ROUND
Sin ninguna duda ayer el Festival de Cine
Independiente IBAFF, en la sexta sesión de su sección oficial, alcanzó uno de
sus momentos más altos gracias a la propuesta inquietantemente conmovedora de
Mohamed Ben Attia, “Dear Son”, una película maestra que sin trucos ni alardes
aparentes se adentra en el desgarramiento del extremismo sirio atrapándonos desde el principio. Pacientemente y
con decisión, con el ritmo de una pausada meditación llena de zozobra pero que
en ningún momento se aparta de su objetivo, esta se adentra, a través del amor
de unos padres que se desviven por su hijo, en el mismo corazón de las tinieblas; y acaso enciende también allí una pequeña
luz muy necesaria de humanidad que contrasta con el maniqueísmo ideológico con
el que los medios de comunicación dominantes, en nuestro querido Occidente, suelen despachar este tema. Sólo por atreverse a ello y
hacerlo en profundidad, en actitud interrogadora y abierta, humildemente pero con
ambiciones, esta película ya es extraordinaria. Porque los seres humanos,
seamos árabes u occidentales, en efecto nos tocamos en el fondo, y el tema terrorista
es complejo de por sí, quién puede cuestionarlo, al igual que la realidad que
nos rodea; y como el director del film pone al descubierto, no debemos olvidar
que nuestros puntos de vista habituales están delimitados por nuestros particulares intereses, y que por mucho que tratemos de ignorarlo nos desborda ampliamente,
no se reduce a las razones que solemos tener al alcance de la mano ni a la explicación
lógica... Pero es que además la película es una joya en el aspecto estilístico, y admira ver cómo con los mínimos recursos
narrativos, unas interpretaciones contenidas y una discreta banda sonora muy
bien escogida, que convergen con naturalidad luminosamente, se consigue lo máximo: ¿O es poco el que nos permita acercarnos al
problema tratado desde los distintos ángulos humanos contrapuestos?, ¿ponernos
en el lugar de los padres y, a la vez, en el del hijo, dejando de lado
tópicos panfletarios y dramatismos fáciles, más allá de la histeria disgregadora
del dolor de la pérdida, de la violencia explícita y de los aspavientos del
horror ante la muerte?...
Como meditación de imágenes en movimiento, considero que esta demostración de serena humildad
en el juego de los medios la hace más grande. Y que la delicada banda sonora de
Omar Aloulou que la acompaña, siguiendo discretamente las evoluciones de sus
protagonistas, merece en este sentido una mención especial. Ya que su
leit-motiv se entrelaza de manera casi imperceptible con silencios significativos sustraídos
a la confusión del devenir cotidiano, como en “transfoque sónico”, que parece surgir espontáneo del tema mismo, o
de la psique protagonista, aportando una
ambivalencia difícil de precisar muy oportuna, y decisivos matices de tensión y
misterio, de ternura, de miedo y esperanza, que favorecen la introspección. En fin, no sé si ha quedado clara mi postura,
pero por si acaso: a mí me ha encantado. Es una <maravilla> poder ver <el
jardín en medio del incendio>...
En cuanto a la
sección de cortometrajes oficiales que precedió a esta película, presentada
bajo la denominación Programa Ilusión, sólo voy a decir que para mí fue una muestra
variada e interesante que hizo que la sesión de ayer fuera realmente animada y
provechosa. Emocionante. Pienso que es reconfortante recibir de vez en cuando, entre los empujones
y los puñetazos de la dura realidad, más allá o más acá de las miradas desconfiadas apagadas
por el rencor o el odio o la simple confusión, una caricia comprensiva, positiva,
motivadora, una palmada soñadora en la espalda o un abrazo consolador. Y poder
sentir así que la vida es, a pesar de todo, como el cine, una aventura increíble
que vale la pena.
miércoles, 6 de marzo de 2019
X Edición Ibaff-5º ROUND
Dos largometrajes documentales sobre la emigración forzosa y la
terrible situación de los refugiados en los campos europeos,
el de Calais en el norte de Francia primero,
y el del Aeropuerto Tempelhof de
Berlín fundado bajo el régimen nazi el segundo, son las responsables de que la
5ª sesión de la sección oficial del Festival de Cine Independiente IBAFF, fuera una sesión seria, deprimente, plúmbea,
bastante dolorosa. A mí casi me deja K.O. Obviamente el cine no es solamente
espectáculo, estética y cosas divertidas, como bien apuntó el director del
Festival en la presentación de “Los burgueses de Calais”. El cine también puede ser un arma arrojadiza y
un revulsivo de la conciencia cuando funciona como un espejo de la realidad social,
metiendo el dedo en la llaga de situaciones ante las que normalmente preferimos
cerrar los ojos; y su capacidad de
provocación, así como su poder transformador es en este sentido inigualable
¿quién puede negarlo?, en manos de gente con talento o simplemente con las
ideas claras. Pero las buenas intenciones en este medio, desgraciadamente,
por sí solas no bastan. Creo que cualquier tema es bueno en el cine si su realizador sabe
tratarlo, y es su modo de tratar el tema lo que al final hace que nos
interesemos en él y sea capaz o no de activarnos.
Tal
como lo veo yo, es precisamente esa claridad la que falta, empezando
por el mismo título, en la primera película: ¿Quiénes son en definitiva esos
dichosos “burgueses” del documental sobre Calais
a los que nunca se les ve la cara ni se les escucha hablar?; ¿podemos seguir
aplicando hoy esa denominación decimonónica de modo abstracto?; ¿se refiere a
todo aquel ciudadano activo que paga sus impuestos y vive más a menos
decentemente gracias a su trabajo, o sólo a aquel que sospechamos que piensa de
modo diferente al nuestro, al margen de que sea ama de casa, pensionista, misionero, frutero, embajador o empresario de éxito?… Que Europa falla en su
representación de sí misma como Libertadora y Garante de Derechos ya lo
sabíamos, todos los días nos lo recuerdan los informativos; estamos ya
insensibilizados, casi totalmente embrutecidos a base de oír que cada vez se
levantan más muros y cada vez más altos. Y horroriza en efecto, al que aún no
se ha embrutecido del todo, que la conexión mediática del mundo por medio de
las nuevas tecnologías de la comunicación, no impulse un espíritu más
comunicativo, un nuevo humanismo o un internacionalismo más solidario. Pero ¿de
quién es la culpa?... ¿De “los burgueses” o qué?: Considero que una visión dramáticamente
maniquea que se evidencia en el uso del B/N, impide al director de esta película, desde
el principio, enfocar el problema en toda su complejidad e iniciar una
introspección sin duda necesaria para abrir el debate con rigor hacia perspectivas resolutivas.
En contraste con este, el segundo documental
“Central Airport THF” sí es riguroso, y a este respecto más plausible, porque no parte de una idea preconcebida ni
quiere llegar a una conclusión determinada,
sino que se conforma con observar, durante un período de tiempo concreto, ese
espacio al que explícitamente hace referencia el título, siguiendo en su rutina cotidiana a varios individuos que viven provisionalmente
en él, casi como zombis en un Limbo burocrático, muy pulcro y bien organizado
eso sí, mientras esperan el Día del Juicio Final… Es obvio que una estética
divertida no es consecuente con un tema serio como éste. No obstante, valorar
una película sólo por el tema que trata, ¿no es como valorar un libro por sus
tapas, una danza por el escenario en el que se realiza, o un compromiso humanitario
declarado públicamente con la foto de las dos manos que se estrechan bajo una pose de sonrisas a la luz de los focos?... Al fin y al cabo el IBAFF, aunque solidario y
claramente comprometido contra la exclusión social, no es un festival altruista
dedicado a las causas humanitarias, sino un Festival de Cine, considero que es
importante no olvidarlo, inspirado además en una figura mística con una visión
del mundo unitaria que, por si fuera poco, destaca en el mundo islámico por ser
favorable a “la imaginación icónica”; y el material que aporta como punto de
encuentro ¿no debería valorarse teniendo esto
en cuenta?
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