Considero que hay dos etapas psicológicas fundamentales en la historia del
arte: aquella en la que el arte está al servicio de los intereses de la mera
supervivencia o de la clase poderosa, en la que por tanto responde a fines
distintos de los propios; y una etapa en la que es libre, en búsqueda
sólo de sus propios fines.
Creo que son aspectos de una estructura orgánica más que
etapas propiamente dichas en el sentido cronológico = Así se pasa de una
función servil a otra emancipadora...Un aspecto a tener en
cuenta cuando la Publicidad
se disfraza de Arte, o cuando se identifica con el Arte; en este caso la
equiparación es meramente formal y claramente sofística: por extraordinaria que
sea la forma artística de un producto publicitario, no deja de ser una forma adaptada
a un fin claro: incentivar el deseo, la necesidad de ese bien, producto o servicio anunciado, y así promocionar -aumentando o fidelizando clientes, su consumo.
El fin de la Publicidad no es otro
que ese consumismo interesado, del que puede cantar sus
excelencias sin importarle para nada la conveniencia social, y menos aún su verdad intrínseca, su correspondencia o falta de ella con la
realidad.
No sé bien en qué
consiste el arte pero me inclino a pensar que está más relacionado con la
libertad interior y la verdad que con ninguna clase de servilismo o enriquecimiento corporativista. Creo que su ejercicio requiere conciencia, una capacidad crítica de distanciamiento del
entorno y unas condiciones especiales que le permitan resistir, e incluso sortear, sus presiones …
En la medida en que le interesa la verdad, está más cerca de
la ciencia que de la publicidad, aunque se trate de una verdad subjetiva y sólo
pueda expresarse a través del juego de las mentiras a medias.
No, el fin del arte
no es ayudar a vender productos o
servicios, rellenar vacíos ni decorar patrañas. Puede funcionar de ese modo, sí, pero no es su fin. Ese es el fin de la Publicidad. El
del arte, sea cual sea, no es tan evidente ni tan previsible: es
fácil ver sin embargo que, al convertirse en objetos de consumo sometidos a las mismas reglas de mercado que cualquier otro producto... los productos artísticos
en general y especialmente los más libres, los más auténticos resultados de la
plenitud creativa, suelen tener algo de contradictorio, tal vez hasta incluyen la conciencia
de esa contradicción…
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